El lobo "feroz"
La vida salvaje se construye sobre el principio de que los fuertes se comen a los débiles. Cuando la televisión nos presenta la vida salvaje, nuestro anhelo primordial es que la oveja pueda escapar de las fauces del lobo: si lo logra todos estaremos felices, pero si el depredador cumple con su rol, nos sentiremos tristes y decepcionados. No es de nuestra incumbencia que el ecosistema está basado en este pilar desde hace millones de años.
La naturaleza no es milagrosa ni mágica, sino sabia y lógica, y por tanto, advierte cuando la enfermedad nos está afectando. Si dejáramos que el orden cósmico actuara sin nuestra nefasta intromisión, los resultados serían maravillosos. El problema radica que no solamente no le damos esa oportunidad, sino que lo avasallamos con furia. Todo lo adaptamos a nuestro contexto, a nuestra "conveniencia", y debido a esa manera obtusa de tomar decisiones desacertadas, sentenciamos a la oveja como "buena" y al lobo como "malo". Impartiendo esa irracional justicia, cometemos errores imperdonables, que llevan a que la existencia del planeta tenga fecha de caducidad.
La literatura universal se encargó de que grandes y pequeños veamos al lobo con un animal pérfido. A propósito: ¿Quién desconoce el siguiente diálogo?:
"-Oh, abuela, ¡qué orejas tan grandes tienes!
-Para así, poder oírte mejor.
-Oh, abuela, ¡qué ojos tan grandes tienes!
-Para así, poder verte mejor.
-Oh, abuela, ¡qué manos tan grandes tienes!
-Para así, poder cogerte mejor.
-Oh, abuela, ¡qué boca tan grandes y tan horrible tienes!
- Para comerte mejor".
El cine de terror tampoco reivindica el papel que este carnívoro desempeña para mantener el equilibrio natural. Estamos convencidos de que cuanto más alejados de nosotros esté, eso redundará en mayores beneficios. Los productores ganaderos van más allá y firmarían cualquier iniciativa que lleve a su exterminio.
El ejemplo del Parque Nacional Yellowstone, en los Estados Unidos de América, es el arquetipo de una pésima decisión que pudo ser enmendada a tiempo. Durante los años veinte del siglo pasado, la injerencia humana hizo que desaparecieran los lobos del emblemático parque. El argumento de que hacían peligrar tanto la agricultura como la ganadería fue por demás contundente para que nadie estuviera en desacuerdo con la decisión -que los años se encargarían de calificarla como desafortunada-. Su prolongada ausencia tuvo efectos devastadores que pudieron ser subsanados con la reintroducción de solamente treinta ejemplares, a partir del año 1994. La tarea que hicieron en poco tiempo fue tan formidable como asombrosa: devolver la salud a una geografía erosionada.
Ese dilatado "destierro" hizo que se superpoblara de ciervos, responsables directos de la desolación del reino vegetal de aquella geografía. Además de que su número se multiplicó enormemente, tuvieron acceso a lugares que antes les eran prohibidos. Con el retorno del lobo una serie de fenómenos muy interesantes impactaron positivamente sobre el parque: el número de ciervos disminuyó notablemente. El miedo les hizo modificar sus hábitos, por lo que dejaron de frecuentar las zonas de mayor visibilidad, retirándose a parajes más remotos. La consecuencia inmediata fue la regeneración de sauces, álamos y bosques y con ellos, el retorno de diversas especies, como castores, cuervos, urracas y otras aves rapaces, además de la biodiversidad fluvial.
La historia de Yellowstone, nos brinda la moraleja de que los depredadores son nuestros aliados, y debemos aprender a convivir con ellos.
Este mundo que nos fue entregado para cuidarlo y amarlo, lo convertimos en una verdadera cloaca en donde las especies van desapareciendo en progresión geométrica, mientras los humanos seguimos rindiendo pleitesías a los descubrimientos premiados por la Fundación Nobel, meros y tristes paliativos a la devastación que estamos obsequiándole.
Los grandes dignatarios realizan congresos grandilocuentes, pero ¿qué credibilidad se les puede dar si ninguno de ellos es capaz de cambiar los hábitos con los que fueron educados?
https://www.ecoworking.es/2014/02/25/los-lobos-introducidos-en-yellowstone-reequilibran-el-ecosistema/
http://www.lne.es/oriente/2013/11/21/lobo-incompatible-ganaderia-existe-solucion/1503096.html